
La dualidad es uno y lo mismo.
Blanco y negro, izquierdo y derecho, bueno y malo. Abierto y cerrado. Es el águila o sol de una moneda completa; el todo de de la existencia.
Somos nosotros con nuestras dualidades: incongruentes y coherentes. Es la existencia misma de un todo entero.
Y entre ellos, ahí metidos están los matices: la diversión.